REFORMAS DEL ESTADO

Ante todo, debemos definir qué tipo de Estado queremos, y cuáles deben ser sus funciones fundamentales. Aquí expongo mis propuestas de manera clara para una fácil lectura de todos los ciudadanos.

El privado iniciará su actividad, el Estado inspeccionará luego. No al revés como hasta ahora. Se deberá invertir el orden de los hechos.

La realidad indica que son muy pocas las provincias ricas y productivas, y mayoría las pobres en recursos o desarrollo de sus riquezas. La “unidad hace la fuerza”, por lo tanto, habría que terminar con el “divide y reinarás” de tantas provincias que no lograron prosperar en 200 años de república.

Está demostrado que el actual sistema democrático adolece de graves defectos, por lo cual ha sido atrapado por fuerzas que no buscan el bien general, sino el propio.

Las religiones lucen como algo personal y subjetivo, y si alguna de ellas fuera dueña de la verdad habría logrado un mundo de felicidad y prosperidad, sin embargo, por el contrario, solo han generado división, guerras fratricidas, destrucción y fanatismo.

Argentina cuenta con una extensión inmensa de tierra, casi despoblada. Una extensión casi 50% más grande que Méjico con 120 millones de habitantes, mientras nosotros somos solo 44 millones.

Los civiles han recurrido a la intervención de las F.A. en varias oportunidades de nuestra historia, ante su incapacidad de gobernar la nación.

Encerrar a una persona es separarla de la sociedad por el peligro que han significado sus conductas. El objetivo de tal encierro no debe ser su degradación y castigo, sino su recuperación como ciudadano de bien, aunque el mismo no se llegue a alcanzar

El sistema actual es absolutamente vergonzoso. 10 años es el plazo habitual para resolver un diferendo o una denuncia judicial. La Justicia es justa si es rápida, sino no sirve, y muchas veces llega cuando la víctima ya no vive o el daño es irreparable.

Sin duda el sistema capitalista, muy nuevo en términos históricos, ha impulsado el desarrollo económico y social de un modo inusitado comparado con los miles de años de historia que lo precedieron. Pero como todo reino, sistema o pensamiento, requiere revisión y adecuación a los nuevos tiempos, o pierde vigencia y sustento.