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Acerca de

Nueva moneda digital

NUEVA MONEDA DIGITAL emitida por el Banco Central (CBDC)
Sistema TRI-MONETARIO inicial: Peso Físico, Peso Digital y Dólar off shore
Sistema BI-MONETARIO final: Peso Digital y Dólar Off Shore

Un país sin moneda es inviable, como también sin Justicia, Salud o Educación.

 

Hemos probado ya muchas monedas, quitamos 13 ceros y en breve quitaremos otros tres más, y salvo el peso convertible de los ’90, que mantuvo su valor y poder de compra por una década, todo lo demás ha fracasado.  Hasta el mismo peso convertible terminó fracasando debido a que no se eliminó el déficit público, ni la economía “negra”.

La convertibilidad no fracasó sino que la política la destrozó
La culpa no es del martillo, sino del que lo usa.  La llamada “clase o casta política”, por desconocimiento técnico, ideología (un mal destructivo que promueve el fanatismo ignorante) o inmoralidad, convencida de que imprimiendo papel moneda sin respaldo se arreglan los problemas, sumado a empresas que buscaban un atajo para zafar de sus deudas en dólares, fueron los responsables del colapso de la convertibilidad.  Empresas endeudadas que traspasaron sus deudas en dólares a los ahorristas y al conjunto de la población.  Una estafa nacional como jamás se vio, un delito masivo, casi de lesa humanidad, que perdura sin castigo a los culpables.

Hoy las nuevas tecnologías y la experiencia de las criptomonedas (de valor aleatorio, pero abrumadoramente atractivas), nos permiten lo que nunca: generar una nueva moneda estrictamente digital y estable, atada al dólar y tal vez más adelante a una canasta de monedas fuertes, o a los DEG del Fondo Monetario.  Con un método de emisión 100% inviolable, controlado vía contrato inteligente (Smart Contract) y registro en cadena de bloques (Blockchain), que reemplace por completo al peso físico en no más de 4 años (cohabitando con el peso físico durante un turno de gobierno), eliminando o dificultando mucho la economía en negro y todos los demás males que el dinero físico ha creado (corrupción, raptos, asesinatos, trata de blancas, narcotráfico, robos, estafas, y todo tipo de aberraciones humanas), pero también eliminando la Deuda Externa (ver aparte).

 

Con una moneda digital, que por su naturaleza registre todos sus movimientos en cuentas bancarias, y un impuesto único y bajo (solo 10%), recaudable al momento de acreditación por cobro de ventas de bienes o servicios (por lo percibido), la economía informal desaparecerá, la recaudación será automática, creciente, y mucho menos costosa de administrar para el Estado y para la población.

Para los economistas o políticos que se asusten con la exigua tasa única del 10% aquí propuesta, observen que al cobrarla al 100% de la actividad económica la estarían tributando casi tres o cuatro veces más contribuyentes que hoy y AUMENTARÍA LA RECAUDACIÓN, simplificando enormemente la vida de todo el mundo, Estado incluido.

Hoy la carga para los que pagan llega o superar el 50% de la facturación, pero es pagada a lo sumo por el 35 o 40 % de los contribuyentes, quienes ni siquiera pagan el total de los impuestos ya que una parte siempre se elude (porción de sueldos en negro, etc.)

Los agentes económicos permanecen agazapados a la espera de una seria oportunidad para crecer en libertad y vigorosamente.  De este modo, la recaudación no solo aumentaría porque todos paguen sino porque la productividad explotaría.

Esa expansión privada, generará cantidad de nuevos empleos privados, dignos y bien remunerados (solo las pymes pueden generar dos millones de nuevos empleos), reemplazando al actual deplorable e improductivo empleo público, así como a planes y subsidios sociales. Los ciudadanos podrán prosperar rápida y libremente, según su propia creatividad y deseos.  La ayuda estatal se limitará como antaño a los casos de verdadera necesidad, y a la construcción de COMUNIDADES ASISTIDAS (explicadas aparte), en reemplazo de las villas de emergencia.  La corrupción no solo no será posible, no será negocio.

DOS ECONOMIAS, DOS MONEDAS


Arriba decía que Argentina vive dos realidades, como si fuéramos dos países en uno.  Uno que produce y otro mantenido por el primero.  Esto es insostenible, pero hay que lidiar con ello hasta lograr modificarlo de raíz.  Se necesita entonces un plan especial y disruptivo.


La Economía Productiva necesita divisas, operar con el mundo, ser eficiente, competir, crecer, y para ello requiere una moneda que permita todo ello, pero una moneda de verdad a la que los políticos de turno no le puedan echar mano y emitir sin control. La solución es una nueva moneda digital.  


La Economía Subsidiada, dependiente del esfuerzo ajeno, la que consume sin producir, necesita una moneda transaccional para adquirir bienes localmente = el peso físico actual, no convertible a dólares u otras monedas duras, como aquellos bonos provinciales (el Patacón, el Federal y otros) de la época del “corralito”, que nadie se preocupaba por el volumen de su emisión ya que eran “papelitos de colores fuera del radar”.  Hoy tenemos la oportunidad de utilizar a nuestro hiper devaluado peso físico para tal fin, y así disponer del tiempo necesario para reordenar y dinamizar la economía, hasta eliminar el déficit público.
 

Ambas economías convivirán por un tiempo.  Por un lado, el actual peso físico, acumulado en enorme cantidad por el BCRA como consecuencia del canje inicial por digitales, suficiente para financiar el déficit público por unos 4 años, durante los cuales la población se adecuará al uso de la nueva moneda digital, y el pujante crecimiento económico absorberá mano de obra desocupada.  Por el otro, el nuevo peso digital, puro, convertible, estable en su valor, una especie de dólar local con el cual sí se podrá operar libremente en comercio exterior, adquirir cualquier otra moneda para giros al exterior o para ahorro off shore (ver aparte).  


Mantendremos así nuestra independencia como nación, sin atarnos a la realidad de ningún otro país, ni a sus eventuales condicionamientos, como pregonan quienes aconsejan una dolarización.  Sería un caso único en el que un país rico y soberano se entregue atado de pies y manos sin haber perdido una guerra a una potencia mundial, hoy con futuro complejo e incierto como la de EE.UU.  No es necesaria ni conveniente tamaña rendición, para luego rasgarnos las vestiduras por las Islas Malvinas.  Coherencia, por favor.



 

Estamos entre los primeros productores de commodities del mundo, tenemos enormes reservas de energía inexplotadas, y eso nos permitiría llegar a acuerdos de intercambio con los países que más consumen nuestras riquezas, vía los cuales canjear moneda digital por bonos americanos que duermen sin destino en sus reservas y con ellos cancelar nuestra deuda externa, para luego con dicha moneda digital esos países abonarán un potente programa de exportaciones de dichos commodities.  

 

 

LANZAMIENTO del nuevo PESO DIGITAL


Paridad contra el Peso Físico 


El Peso Digital tendrá una paridad contra el peso físico de:

$1000 a $D1 (Mil pesos físicos=Un Peso Digital, eliminando tres ceros), recobrando el valor no solo del centavo sino del milésimo, el cual equivaldría a $1 físico actual.  Eso ayudaría mucho a la población a no complicarse con los precios como ocurrió con el Austral que quitó dos ceros confundiendo a todo el mundo.  


Ejemplo: un precio actual de $1.015 se verá en moneda digital así: $D 1,015 (Un peso con 15 milésimos). Casi igual ante el ojo humano, solo cambiando punto por coma.  Esto es muy importante.  
 

La funesta experiencia del Austral debe ser tenida muy presente.  En ese momento se le quitó DOS CEROS a la moneda anterior, lo cual enloqueció y confundió a la población y hasta las entidades financieras. Todos perdieron la referencia de precios y del valor del dinero.  
 

Los precios de la economía expresados en la nueva moneda digital deben ser sencillos de comprender por cualquier persona.  No confundir a la población, permitiendo un paso natural de una moneda a la otra es clave para el éxito del plan.
 

De este modo, dando paso al milésimo (algo sencillo agregando un decimal en los sistemas de cómputos) para el común de la gente sentirá como que no habrá cambiado nada en términos de precios y el valor de los bienes, ni que tampoco se genere inflación por redondeo.  Una moneda digital es lo mismo en los hechos como cuando hoy usamos tarjetas de débito, transferencias bancarias, códigos QR, o billeteras digitales para los más avezados.  Muy simple.  Y nunca más podrá haber un corralito ya que al no existir físicamente no será posible correr al banco “para retirar el dinero”.  
El dinero estará depositado en cuentas madre abiertas para cada habitante de la república en el Banco Central, y cada uno será libre de utilizar el sistema bancario privado y público con cuentas hija.  En caso de algún desfalco, hackeo o robo por algún mecanismo, con solo denunciar el hecho al BCRA, la entidad regente podrá desactivar los números de serie del dinero robado, quitándole todo valor, y reemplazándolo por nueva emisión para que la víctima lo recupere de inmediato.  Habrá perdido todo sentido el robo o la extorsión.


Nuevo Peso físico


A efectos de simplificar aún más la transición y mejorar sustancialmente las transacciones con pesos físicos durante los cuatro años hasta su desaparición final, se propone la emisión de un NUEVO PESO FISICO, quitándole TRES CEROS al peso actual, manteniendo la validez de los billetes existentes, pero agregando nuevas denominaciones por $2 (2.000 de hoy), $5 (5.000), $10 (10.000), $20 (20.000, $50 (50.000) y $100 (100.000).  O sea, las mismas denominaciones del dólar estadounidense.  Este nuevo peso físico, si bien no será convertible a moneda extranjera como se dijo más arriba, será una especie de representante físico del PESO DIGITAL para la mayoría de la población, reduciendo el stress que genera la idea de la “desaparición del dinero físico”.  El aspecto sicológico y emocional de cualquier cambio es tan o más importante que el cambio mismo.  De este modo, habremos mejorado sustancialmente el día a día de las transacciones con dinero físico, mientras lo vamos haciendo desaparecer por las enormes ventajas del dinero digital o virtual.

 

Paridad del PESO DIGITAL contra el Dólar Estadounidense

El valor de conversión inicial frente al dólar estadounidense, si fuera hoy mismo, podría ser de $D1=USD1,00, asumiendo una paridad contra el peso físico de $1.000 por dólar (el cambio libre).  

O sea: 
$1.000 (pesos físicos actuales) = N$ 1,00 (un nuevo peso físico quitando 3 ceros) =$D1,00 (un Nuevo Peso Digital) = USD 1,00 (un Dólar).

Dicho de otro modo, mil pesos físicos actuales sería igual a:


Un Nuevo Peso Físico sin 3 ceros = Un Nuevo Peso Digital = Un Dólar. 

TRIPLE 1 a 1

 

O la paridad libre vigente al momento de lanzamiento.


Este tipo de cambio realista del peso físico frente al dólar permitirá absorber inflación reprimida por tarifas congeladas, liberándolas bajo acuerdo de márgenes (ver Aprobación para operar en Pesos Digitales), y el aumento de precios que dicha liberación generaría sería absorbido en parte o todo por la baja de costos del nuevo Impuesto Único del 10%, y la eliminación inmediata de la inflación, y también quitándole a las tarifas de servicios todas las cargas impositivas o tasas adicionales actuales que incrementan esos precios en 40% o más.


El peso físico NO mantendría la carga fiscal actual: todos aquellos que acuerden operar con dinero digital, disfrutarán instantáneamente de la nueva estructura impositiva con un único y bajo impuesto en ambas monedas.  De ese modo, el paso al sistema digital tendría un gran atractivo operativo y de costos.  El equilibrio recaudatorio se mantendría por una combinación de ingresos fiscales en ambas monedas, más un agregado de los pesos físico acumulados en el canje inicial por la porción que inicialmente se recaude de menos.  También por la mayor recaudación consecuencia de una economía que retome el crecimiento.  Los informales que se vayan pasando al mundo formal, simple y de bajo costo fiscal del nuevo sistema digital, también colaborarán fuertemente, al punto de DUPLICAR LA ACTUAL RECAUDACION, cuando todos se hayan subido, cosa que ocurrirá poco a poco pero definitivamente cuando ya no exista moneda física con la cual operar en la informalidad.   Incluso,  el plazo máximo de transición entre monedas, inicialmente previsto de 4 años, podría reducirse en caso de que la población se acomode rápidamente al uso de moneda digital.


Pero es clave mantener ambas monedas circulando para afrontar el déficit fiscal hasta su total desaparición.  Jamás se deberá cubrir déficit fiscal con pesos digitales.


El Peso Digital será convertible a dólares, y estará respaldado por las reservas presentes y futuras en dólares que generan las exportaciones, las cuales seguramente aumentarán.  El BCRA podrá buscar que el sistema financiero pre-financie exportaciones obteniendo así las divisas necesarias para garantizar toda la emisión inicial, entregando a cambio bonos en dólares o en Pesos Digitales, según exija el financista.  Dichos bonos tendrán mercado secundario y se podrán utilizar para garantizar inversiones sólidas (construcción principalmente).  Pero, con libertad cambiaria, el BCRA no necesariamente debería contar con reservas en moneda extranjera, salvo mientras debe hacerse cargo de los compromisos de deuda del Estado Nacional (ver “rápida eliminación de la deuda externa”).

 



IMPLEMENTACION COMERCIAL del nuevo PESO DIGITAL


En el momento uno, y a fin de garantizar el abastecimiento de bienes y servicios a cambio de pesos físicos, solo se autorizará facturar en Pesos Digitales hasta el 50% de las ventas mensuales de cada agente económico ingresado al sistema, y el otro 50% seguirá siendo en Pesos Físicos y con la carga impositiva actual, pero derogando de inmediato miles de regulaciones que hoy traban la economía.


Esta proporción de ventas en Peso Digital irá aumentando mensualmente a un ritmo del 1% del total facturado (12% anual), disminuyendo en la misma proporción la facturación en Pesos Físicos.  
 

Ejemplo: 


Mes 1: 50% de ventas en Pesos Digitales, 50% en Pesos Físicos
 

Mes 2: 51% de ventas en $D, 49% en $ físicos
 

Mes 3: 52% de ventas en $D, 48% en $ físicos, y así sucesivamente.
 

El peso físico ira reduciendo su circulación lentamente, mes a mes hasta su total desaparición al cabo de un mandato de gobierno (o antes si se acelera el traspaso), momento al que se deberá llegar sin déficit y con una economía pujante y de pleno empleo.  


Eventualmente, se podría fijar el 50% vs 50% inicial por los primeros 6 meses para dar tiempo a que los agentes y la población se acomoden, y desde el mes 7 llevar el traspaso a 2% mensual para alcanzar el 12% en el primer año, y luego continuar con el 1% mensual.  O acelerar todo el proceso a 2% mensual terminando con el peso físico en solo 2 años, si la economía redobla su velocidad y la población abraza más rápido el $D, y se genera un explosivo crecimiento del empleo.
 

Cada moneda tendrá reglas de juego diferentes, hasta que una reemplace por completo a la otra.  El que opere con la nueva Moneda Digital tributará un único impuesto muy bajo de 10% por todo concepto, el cual será retenido por el banco al momento de acreditarse el pago de cada venta de bienes o servicios, como el actual Impuesto a los Débitos y Créditos bancarios.  Ya no se gravará “por lo devengado” sino “por lo percibido”.  Ya no más declaraciones juradas mensuales, ni anticipos ni retenciones impositivas, que en muchos casos superan el monto del impuesto mismo, generando créditos fiscales que no se ajustan por inflación ni rinden interés alguno, e incluso jamás se recuperan.  Ello sin considerar el costo oculto administrativo y financiero que afronta el contribuyente de su bolsillo por encima de los brutales impuestos.


El actual Peso Físico continuaría con su insoportable carga fiscal a fin de estimular un rápido pase de los agentes a la moneda digital, y financiará el déficit actual (planes sociales, jubilaciones sin aportes, y otros conceptos) hasta tanto dicha asistencia sea reemplazada por un sistema de recursos en lugar de dinero, como el propuesto más adelante, lo cual implicará un estímulo fuerte para ingresar al nuevo sistema de trabajo.  

 


“Si querés dinero deberás trabajar para ganarlo, pero mientras tanto tu familia no pasará penurias

Debido a que el peso físico dejará de ser convertible a moneda extranjera, dejará de impactar en las reservas del BCRA, terminando así con la bola de nieve de emisión reprimida en títulos de deuda para evitar su pase a dólares.  De este modo, y tomando la experiencia del “corralito”, durante el cual la población se manejó casi sin moneda, usando pseudo monedas como los bonos provinciales, o incluso el trueque, el peso físico continuará circulando como hoy, manteniendo su poder de compra hasta su desaparición.  


El canje inicial de físicos por digitales proporcionará un enorme volumen de pesos suficiente para financiar varios años de déficit sin emisión, lo cual detendrá la inflación en pesos físicos.  Algo parecido a lo ocurrido con la Convertibilidad de 1991.   La moneda digital no generará inflación, ya que se emitirá bajo estrictas reglas de convertibilidad (por cada dólar u otra moneda fuerte, o bono triple A que ingrese), respaldado en Contrato Inteligente y Cadena de Bloques incorruptible.

DÓLAR ESTADOUNIDENSE.  Tercera moneda.


El tan valorado dólar también participará de la economía, generando un sistema TRI-MONETARIO inicialmente, pero con una libertad nunca vista antes, como sigue:

 

1. El BCRA ya no tendrá la exclusividad de compra y/o venta de dólares y otras monedas, será un jugador más, solo detentará la prioridad de compra de moneda extranjera, siempre al cambio de mercado.  De este modo, podrá regular la emisión monetaria dejando de comprar o comprando.  Los privados así una vez que el BCRA decida no comprar, podrán vender o retener la moneda en cuestión.


2. Los dólares, salvo cuando los compre el BCRA, no ingresarán al país, sino que serán depositados en cuentas offshore (Uruguay, EEUU, Suiza o donde se desee), evitando así que sean apropiados, pesificados u otras delicias por parte del gobierno o la entidad monetaria rectora.


3. Se podrá operar libremente en dólares, siempre abonando el Impuesto Único según corresponda (venta de bienes o servicios, únicamente), y los movimientos se harán desde cuentas espejo en Argentina, donde se abonará el impuesto.


Las cuentas off shore, deberán ser operadas localmente en sucursales de bancos extranjeros, quienes podrán dedicarse solo a dicha operatoria en el país, si así lo desean.  El objetivo es evitar el riesgoso ingreso de capitales golondrina, así como la existencia de dinero físico que permita operar en negro o financiar la corrupción y demás desviaciones.  Y desde ya el riesgo de apropiación antes mencionado.
 

Estaremos así bajo una nueva convertibilidad del nuevo peso digital, respaldado de inicio por el ingreso futuro de divisas por exportaciones, algo que los bancos podrán anticipar al BCRA por el tiempo que se requiera para respaldar el 100% de la nueva base monetaria digital.  Esta nueva convertibilidad no tendría los riesgos de la anterior, la cual ataba toda la economía a la disponibilidad de una moneda extranjera que no emitimos.  Tendremos nuestra PROPIA DIVISA respaldada en commodities, mejor que cualquier papel moneda del mundo, una moneda fuerte e incorruptible, protegida por Contrato Inteligente (Smart Contract) y emisión registrada en Cadena de Bloques (Blockchain), con billeteras digitales de reconocimiento biométrico sin necesidad de conexión a internet o de portar celulares.  Con una paridad atada en una primera etapa al dólar estadounidense, y tal vez más adelante a una canasta de monedas fuertes o incluso a los DEG del FMI.
 

El Banco Central, además de emitir el Nuevo Peso Digital, debería abrir todas las cuentas madre digitales que se soliciten, y los bancos podrán abrir cuentas hija para interoperar con las madres.  De ese modo, los cuentacorrentistas no correrán riesgo alguno de pérdida de su dinero por quiebra de un banco privado, salvo que decidan a propio riesgo invertir en los mismos, y también se liberará al Estado y al BCRA de otorgar garantías en caso de quiebra de una entidad.



ELIMINACIÓN DEL BANCO CENTRAL (Error!!!)


Algunos libertarios pregonan la eliminación del Banco Central basados en la historia y experiencia de hace 100 años, pero omiten por completo considerar la necesidad imperiosa de atacar la economía negra, así como parecen ignorar la enorme evolución tecnológica que ha permitido sistemas completamente novedosos, disruptivos y mucho más seguros para transaccionar.  También el hecho de que la población actual es ocho veces más grande que la de aquella época dorada, y la enorme conectividad que existe hoy entre los individuos, así como la existirá en breve gracias a proyectos como STARLINK y otros, que llenarán el espacio de satélites de conexión a baja altura.  No habrá un rincón del planeta sin internet.
 

Sin un Banco Central el proyecto de una moneda digital estable no sería posible.  Pero con esta propuesta igual se lograría la meta de “quitarle la máquina de fabricar billetes” a la política, con lo cual se satisfaría dicho objetivo de las muy justas propuestas liberales.
 

El BCRA ya no será una “máquina de fabricar dinero espurio” ya que la emisión de físico se detendrá por completo y por ley, y la de digital estará sujeta a un smart contract fundacional, imposible de alterar, que fije con claridad las causales de emisión (ingreso de divisas fuertes, o bonos AAA de países líderes, metales preciosos, crecimiento del PBI, etc.), olvidando para siempre políticas de absorción o expansión monetaria que generan tremendos déficit cuasi fiscales e inflación, enriqueciendo a unos pocos y enterrando injustamente el presente y futuro de la población, al arruinar el valor de la moneda, en lugar de protegerla.


La protección del valor de la moneda dependerá de la emisión genuina, del valor de nuestros commodities de exportación, del respaldo en divisas fuertes en el BCRA, y la desaparición del sistema fraccionario bancario que no multiplique espuriamente el circulante.  (ver: Sistema Financiero y Bancario)

EMISION del Peso Digital y CANJE INICIAL


La emisión inicial de Pesos Digitales por parte del B.C.R.A., será por el monto necesario para canjear todos los pesos “blancos” en circulación que sea posible y que libremente la gente ofrezca.  Este canje se abrirá por un plazo corto (¿30 días?) a fin de generar un shock de demanda y confianza en la nueva moneda, y se reabrirá mensualmente para canjear la proporción de pesos físicos en que se disminuye la facturación (1 o 2%), a partir del momento en que se inicie ese proceso de cruce de porcentuales (si se determina que los primeros 6 meses se mantenga fijo el 50/50, entonces el proceso de canje se retomará al final del séptimo mes, si se inicia el proceso de cruce al mes de lanzado al plan, entonces el canje se reabrirá al final del segundo mes.  Solo podrán acceder a dicho canje mensual las empresas que facturen en pesos digitales, y cada una en hasta el monto correspondiente a la baja de facturación en pesos físicos.  O sea, se estará monetizando la mayor facturación en moneda digital.


Tampoco se volverá a emitir pesos físicos poniendo un techo definitivo a su cantidad.  Se podrían ir destruyendo paulatinamente, pero aconsejo atesorarlos y deja las destrucción para el final del proceso por si los plazos previstos se alteran.


Para los bonos de deuda del BCRA tipo LELIQ y otros (deuda cuasi fiscal de pesos no emitidos) y del Tesoro Nacional, se ofrecerá un canje voluntario por bonos en pesos digitales, reprogramando sus vencimientos dentro de los próximos 5 o 10 años, acorde a una política de emisión predeterminada que permita monetizar dichos bonos con recaudación genuina, ingreso de divisas o crecimiento anual del PBI, evitando así la explosión hiperinflacionaria que late hoy bajo tremenda emisión monetaria contenida, renovada semanal o mensualmente.  Pero dicho canje será por nuevos bonos utilizables como garantía por cualquier entidad bancaria para créditos de todo tipo.  De este modo, no será una nueva versión del plan Bonex.  El dinero se podrá utilizar indirectamente.


Los pesos físicos canjeados serán atesorados por el Banco Central, quien los administrará financiando el déficit público hasta su total eliminación.  De este modo, se podrá administrar este cambio radical en la economía de la Nación, evitando los conflictos sociales que produciría la eliminación inmediata del déficit fiscal, y sin ensuciar la nueva moneda.


Las tasas en pesos físicos que se abonan o cobran actualmente se desplomarán a un dígito, en línea con la nueva política monetaria, sin inflación ni ajustes.  El que desee quedarse en pesos físicos podrá hacerlo, pero sabrá que ya habrá perdido la posibilidad de adquirir dólares u otras monedas extranjeras, salvo la monetización extra mensual.  Se evitará una corrida contra el peso ya que habrá un plazo durante el cual todos podrán canjear sus pesos físicos por digitales al BCRA a un cambio fijo predeterminado.  El plazo inicial corto de, por ejemplo, 30 días, solo regirá para el efectivo disponible en ese período.  Los plazos fijos u otros documentos que impidan el acceso al efectivo en el primer período se respetarán pudiéndolos canjear por pesos digitales a sus respectivos vencimientos.


 


MERCADO DE CAMBIOS


Como se dijo arriba, el BCRA deberá perder su rol de exclusivo proveedor de moneda extranjera, liberándose la libre circulación de moneda extranjera entre empresas y particulares.  No tiene ningún sentido que un Banco Central detente la exclusividad de aprovisionamiento de una moneda que, como ocurre hoy, no posee en la cantidad suficiente que requiere el mercado, mientras que los particulares poseen reservas líquidas que superan varias veces las del Central, e incluso la deuda externa completa.  Hay que permitir que esos dólares reingresen a la economía, pero como se dijo solo vía banca off shore.

PRECIOS EN PESOS DIGITALES


Los precios en Pesos Digitales serán aproximadamente un 15% más bajos que en pesos físicos, debido a la nueva baja carga fiscal de la nueva moneda. Ver abajo “Autorización para operar en Pesos Digitales por parte de la Secretaría de Comercio”.    Esto estimulará fuertemente la economía en pesos digitales, atrayendo a operar con ella, y la gente buscará empleo en empresas que paguen en pesos digitales, también para poder cobrar la aquí propuesta Tasa de Contribución Salarial (ver más adelante).
 

La paridad frente al peso físico y al dólar dependerá del momento de lanzamiento de la nueva moneda ya que, si el peso físico entra antes en una espiral hiperinflacionaria, algo muy probable a la luz de la fenomenal emisión reprimida actual debido a la enorme deuda cuasi fiscal del BCRA, tal vez estemos frente a un tipo de cambio de hasta $1.000 físicos por dólar, o incluso más. El tipo de cambio entonces dependerá de la situación puntual del momento de lanzamiento de este plan integral, pero eso no modificaría un ápice sus beneficios.

 



AUTORIZACION PARA OPERAR EN PESOS DIGITALES. Secretaría de Comercio.


El liberalismo apoya sus conceptos sobre la experiencia de países más evolucionados, donde por tamaño y madurez de mercados existe una adecuada competencia que equilibra los precios.  Pero la experiencia argentina, plagada de mono u oligopolios, indica que no se puede aspirar de entrada a los beneficios y equilibrios de una economía libre.  Aquí “cazan en el zoológico”.  Un abuso que un gobierno sano debe evitar para bien de todos.  En Argentina abundan los reyes de cada producto: una empresa provee el aluminio, otra el acero, otra el cemento, otra el plástico y así.  La competencia brilla por su ausencia.  

NO AULLEN LIBERTARIOS!!! Sigan leyendo 😊


Para asegurar el traslado a precios de la fuerte baja en la carga fiscal (impuesto único del 10%, eliminándose Impuesto a las Ganancias, IVA, Ingresos Brutos, Débitos y Créditos bancarios, Impuestos Internos, ni tasas de ningún tipo), y a fin de aumentar drásticamente el poder adquisitivo de todo aquel que posee o reciba pesos digitales, aumentando bruscamente la demanda en general, se propone implementar un Sistema de Registro de Estructura de Costos y Márgenes, que administrará la Secretaría de Comercio y la AFIP, también respaldado en Blockchain para una total confidencialidad, donde los jugadores del mercado informarán sus estructuras de costos en forma porcentual y sin divulgar detalles ni secretos, mostrando el impacto que la carga impositiva actual tiene sobre sus precios frente a la nueva estructura de costos que tendrán con el peso digital gravado solo con el 10% sobre lo percibido y con el markup actual, el cual se deberá mantener por un año, luego de lo cual se podrá incrementar en un 10% anual, si la competencia lo permite.  


En dicho registro, los jugadores acordarán una estructura de márgenes de utilidad presentes y esperados, los cuales serán un compromiso firme para futuras actualizaciones por cambios en los costos.  O sea, habrá un acuerdo de márgenes sobre costos actualizados permanentemente, no de precios.  El incumplimiento de los márgenes acordados o la alteración falsa de estructura de costos podrá implicar la suspensión en AFIP para operar en digitales, pasando el 100% de su facturación a pesos físicos, con su mayor carga impositiva, hasta subsanado el motivo de la suspensión.


Calculados así, esos serán los precios iniciales de venta en moneda digital, sujetos libremente a cambios según evolucionen los costos, que se actualizarán respetando los márgenes de rentabilidad comprometidos, por la simple vía de registrar su nueva estructura de costos en el Registro que a tal fin se diseñe, vía internet.  No habrá mediación de funcionario alguno ni acuerdos de precios.  Solo estructuras de precios, libremente informadas que se mantengan en el tiempo.



PUBLICACION DE PRECIOS AL PUBLICO EN PORTAL OFICIAL.


Se debe cuidar el bolsillo de los consumidores en esta batalla desigual.  Los precios registrados en el sistema de la Secretaría arriba mencionado se publicarán en un portal de internet de la misma Secretaría de Comercio, para conocimiento de la población, geolocalizando los lugares donde se pueden adquirir los productos, facilitando así la comparación de precios entre proveedores para un funcionamiento efectivo de la competencia.  La Secretaría de Comercio podrá delegar en una organización privada tipo Mercado Libre el diseño y manutención del sitio.  
 

Hoy en día es casi imposible o muy trabajoso conocer los distintos precios de los productos en el mercado.  Mercado Libre se ha convertido en el único y rápido referente de precios, pero con muchas distorsiones por sus políticas engañosas de “cuotas sin interés” que ocultan los intereses incorporados a los precios, pero es un referente para el diseño del portal aquí propuesto, y hasta podrían colaborar en la construcción de este, corrigiendo la “distorsión” mencionada.
 

Esto no implica de modo alguno un control de precios, sino que se le dará al consumidor las herramientas para que conozca los precios y elija donde comprar.  De este modo, no solo regirán los acuerdos de márgenes o markup (el porcentual de ganancia bruta que se le suma a los costos), sino que una eficiente competencia hará de muralla de contención frente a posibles abusos.  Ello sumado al registro de estructura de costos antes mencionada que ordene planificadamente el eventual incremento de márgenes.  
 

En resumen: libertad de precios, pero ayudando al consumidor a conocer sus opciones y asegurando que la baja impositiva llegue al consumidor y no quede en los bolsillos del vendedor.  El vendedor o productor podrá prosperar vendiendo muchas más unidades, gracias al enorme impulso de una economía estable y robusta, con muy bajos impuestos.  Ganar más por mayor volumen, no por mayor margen, será el objetivo de toda la nueva estrategia nacional.

PODER ADQUISITIVO Y COMPETITIVIDAD


Hay dos formas de aumentar el poder adquisitivo de la población: salarios más altos (lo cual afecta la competitividad de exportaciones frente a otros países), o precios más bajos.


Aquí estamos optando por precios más bajos gracias a una mucho menor carga impositiva.  Es un contrasentido rayano con la hipocresía que el Estado pretenda mejorar la calidad de vida de la población cuando a la vez aumenta el precio de bienes y servicios al gravarlos con altos impuestos (Ej: boletas de luz con una chorrera de impuestos que agregan no menos de 40% al precio del servicio)
 

Argentina es un mercado chico lleno de mono u oligopolios, y la inestabilidad vivida a lo largo de los años, así como las rígidas y costosas leyes laborales, más la fenomenal carga impositiva y una Justicia lenta y no siempre “justa”, no han estimulado un aumento de la producción, por lo cual ante un crecimiento de la demanda generalmente se opta por el camino fácil de aumentar precios y ganancias.  
 

Esto es inaceptable en una economía pujante y sustentable que beneficie a todos, como se pretende con este plan.  Por ello se propone la implementación del registro de estructuras de costos antes mencionado, en el cual cada operador indique sus porcentajes de markup actual, así como pretendidos en un futuro. De entrada, no se podrán aumentar los markups actuales por un año, a fin de permitir que la economía se acomode y se implemente el portal de precios comparados.  A partir del primer año, se podrán incrementar dichos markups a una tasa de, por ejemplo el 10% del markup actual por año (si de inicio es 50%, al año se podrá subir a 55%, y así hasta alcanzar el mayor markup deseado o pretendido), si es que un mercado competitivo y con precios conocidos por la población lo permite, claro.  Quedará así en manos de la población aceptar esos mayores precios a la luz de una real competencia.


Entonces, no se propone un control de precios, como se dijo antes, sino topes autodeterminados de rentabilidad, dejando que los costos fluctúen como el mercado indique, pero evitando el abuso de posiciones dominantes al proteger el poder adquisitivo de la población.  El incumplimiento de las pautas voluntariamente así pactadas significará la suspensión temporal por parte de AFIP de autorización para facturar en moneda digital, hasta tanto se haya regularizado la falta.
 

Formulario de opinión

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